
COSAS DE AYER Y DE HOY,
Raya de Naciados
Si iba a la fragua de Miguel,
De tío Eloy o tío Floriano
A herrar las mulas,
Ascua azul era la reja del arado.
Mientras, afuera caían chuzos:
Enero tiritando.
Si madrugaba a ordeñar las vacas,
O guiaba a nuestros guarros
A aquel rastrojo verde, blanco y negro:
Verano chorreando.
Si era fiesta de oír misa
Y no me reclamaba ese peazo,
Antes salía por una carga
O limpiaba el blando establo:
Estiércol hasta el pecho;
Aún siento por dentro
El fuerte vaho.
Si oía un trote lejano,
Pensaba en los muchachos
Bajando la calle del Pilón,
Ascendiendo hacia el Calvario
O entrando en los huertos
Por higos o por pájaros,
Lo cual obligaba sin remedio
alzarse a las bellas coloritas
Y del sol retirarse a los lagartos.
¡Todo un paraíso sin pecado!
—-
Han pasado muchos años
Y vuelvo a buscar
Aquellos mismos cerros.
¡Qué solos y mustios
Los míticos chaparros!
Nadie cuenta ya gallinas
Ni va tras la yunta renegando.
Veo, en cambio,
na enorme charca
Sobre la raya verde, blanca
Y negra de Naciados.
Mientras tanto han nacido
Muchos ojos nuevos
Y muchos corazones blancos,
Que hoy son mi aliento
Y cuya vida comparto.
Antes yo los sostenía,
Ahora miran por mí:
Este es el cambio.
¿Hablar de preferencias?
Mi color es y seguirá siendo
Berrocalejano.
Siento como siempre
En verde, blanco y negro,
No obstante haber cruzado
La Raya de Naciados.

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